La piel de los bebés es inmadura y con un sistema inmunológico deficiente, por lo que una quemadura solar en la infancia deja una huella más profunda para desarrollar problemas cutáneos de adulto.
El sol posee una gran cantidad de beneficios en nuestro organismo y tanto adultos como niños necesitan que sus rayos incidan en la piel, especialmente porque es la principal fuente de vitamina D. Sin embargo los papás y mamás de los más pequeños deben extremar las precauciones a la hora de exponer a sus hijos al sol.
La doctora Marina Rodríguez, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), destaca que se debe tener especial cuidado con los menores de 6 meses, ya que en ningún caso deben ser expuestos al sol, ni siquiera con protección. Esto se debe a que se trata de pieles «inmaduras», que son más finas y con un sistema inmunológico deficiente.
«Esto hace su piel más sensible a la radiación solar, de forma que podrá quemarse con más facilidad que la piel de un adulto, y el daño solar recibido generará un ‘efecto memoria’ en su piel que lo hará más propenso a sufrir cánceres cutáneos tipo melanoma y no melanoma cuando sea adulto. Una quemadura solar en la infancia deja una ‘huella’ más profunda en la tendencia de una persona a presentar problemas cutáneos en la vida adulta».
La vitamina D se encuentra en los cereales, en los huevos, en el pescado o en los lácteos. Además, la ropa que se utiliza habitualmente es favorable para que la exposición solar que se recibe en los antebrazos, piernas y manos sea suficiente para obtener unos niveles adecuados de vitamina D. «No se justifica la exposición solar intensiva en niños con el fin de absorber vitamina D, debido al riesgo de quemaduras solares y de cáncer de piel que ello supone», aclara la doctora.
Cuando los niños alcanzan los tres años, la piel queda completamente desarrollada para la exposición al sol. Pero esto no significa que deban tomarlo con frecuencia. Se recomienda que siempre se utilice una fotoprotección total y antes de las 10 de la mañana y después de las 6 de la tarde. De esta forma, obtendrán la suficiente vitamina D con 15 minutos diarios en las horas en las que el sol no está en lo más alto.
Consejos para la exposición solar de los niños
- La exposición solar intensiva en playas o piscinas, por ejemplo, nunca debe realizarse antes de los dos años.
- Se debe aplicar una crema solar con factor de protección total 30 minutos antes de la exposición y renovarlos cada 2 o 3 horas, tras el baño, y si se suda mucho. Recordar áreas olvidadas: dorso de los pies, orejas, cuello, nuca, cuero cabelludo.
- Siempre evitar la exposición solar directa en las horas centrales del día (12-16 horas).
- Después de la exposición solar hay que darle un baño y aplicarle una crema hidratante por todo el cuerpo, que además le refrescará.
Y recuerda que si tienes dudas o preguntas puedes mandarnos un correo a info@clinicavass.com y nuestra pediatra y neonatóloga la doctora María del Carmen Sánchez Gómez de Orgaz las podrá contestar en nuestra sección de WikiVASS. ¡Gracias!
Fuente: diarioinformacion.com