Nadie, ni niños ni adultos, estamos a salvo de sufrir una torcedura de tobillo, una mala caída, unos tacones demasiado altos, una mala pisada en una carrera… Un esguince de tobillo es consecuencia de un desplazamiento del pie hacia dentro o hacia fuera creando una distensión o una ruptura total o parcial del ligamento. Los esguinces suelen ser bastante dolorosos, sin embargo, en su mayoría curan rápidamente y no suelen convertirse en un problema crónico.

Hay tres clases de esguinces:

  • Esguince de primer grado: Distensión del ligamento con ruptura de alguna fibra. Causan poco dolor y no suele aparecer hematoma.
  • Esguince de segundo grado: Rupturas parciales del ligamento. Aparece hematoma y dolor localizado en la zona externa. Suele producir algún grado de inestabilidad al andar o estar de pie. Puede inflamarse, aunque de forma moderada.
  • Esguince de tercer grado: Ruptura completa del ligamento e inestabilidad importante en la articulación. Importantes signos de inflamación y dolor.

¿Qué debemos hacer si sufrimos un esguince de tobillo

  • Aplicar hielo en la zona: El frío del hielo provoca la vasoconstricción y por tanto la inflamación. Ponga unos hielos en una bolsa y aplique en la zona lesionada en periodos de 30 minutos. Para proteger la piel ponga una toalla entre el hielo y el tobillo.
  • Reposo: Es imprescindible que se elimine toda la carga adicional sobre el tobillo dañado. Si el esguince produce cojera es recomendable el uso de muletas para disminuir el apoyo y evitar forzar ese ligamento que está en «reconstrucción».
  • Elevar la pierna: Mientras se permanece tumbado o sentado, es importante mantener la pierna elevada para evitar una mayor inflamación y descargar la tensión del tobillo.
  • Sesiones de Fisioterapia: De esta forma se eliminarán los bloqueos articulares.

Ejercicios para fortalecer el tobillo

• Andar de puntillas. Hacia delante, hacia dentro y hacia fuera, con pasos muy cortos, andar de puntillas elevando al máximo los talones. Podemos hacerlo de tres maneras: con la punta de los pies hacia delante, con la punta de los pies hacia fuera y con la punta de los pies hacia dentro.

• Andar de talones. Del mismo modo que el ejercicio anterior, con estas tres variantes: punta de los pies hacia delante, punta de los pies hacia fuera y punta de los pies hacia dentro.

• Zancada corta elevando rodilla. Coordinando bien con el movimiento de brazos, llevando el codo atrás, elevando una solo pierna. Después la otra.

• Saltos cortos. Corriendo de puntera, sin flexionar la rodilla, dar saltos cortos impulsándote con el tobillo, tratando de subir más que de avanzar.

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