Fisioterapia de Suelo Pélvico
La Fisioterapia del suelo pélvico es el área de la fisioterapia especializada en prevenir y/o tratar todas las disfunciones que afectan al suelo pélvico, especialmente recomendable en el pre y en el postparto, en la menopausia o incluso en la práctica continuada de deportes de impacto.
El suelo pélvico es un conjunto de músculos que cierran la parte inferior de la cavidad abdominal y que son fundamentales para mantener la continencia, el sostén de las vísceras pélvicas, permitir la micción, la defecación y el parto. El suelo pélvico también tiene un importante papel en las relaciones sexuales. Cualquier debilitamiento o disfunción en el estado de esta musculatura puede alterar el funcionamiento de los órganos y estructuras de la pelvis menor generando problemas en cualquiera de las tres esferas: urinaria, sexual y fecal.
¿Qué problemas soluciona la fisioterapia de Suelo Pélvico?
Los problemas más frecuentes que pueden surgir, derivados de una disfunción del suelo pélvico, son los siguientes:
- Incontinencia de esfuerzo (pérdidas de orina ante esfuerzos como toses o estornudos), incontinencia de urgencia (ganas incontrolables de orinar).
- Descenso de órganos como la vejiga, el útero o el recto asociados o no a incontinencia.
- Molestias en las relaciones sexuales como consecuencia de partos traumáticos, episiotomías o cualquier cirugía pélvica.
Es aconsejable la prevención de todas estas patologías, mediante la Fisioterapia del suelo pélvico con el aprendizaje controlado de ejercicios y hábitos saludables que nos permitan proteger esta zona tan delicada de la mujer.
¿Cómo es una consulta de Fisioterapia de Suelo Pélvico?
En la consulta de Fisioterapia del suelo pélvico realizamos una valoración personalizada de cada problema, para intentar encontrar la causa y la solución más adecuada. Se realiza una evaluación física global y local, prestando especial atención a la zona pélvica y a las distintas estructuras que la componen, óseas, musculares, ligamentosas y viscerales.
Con la Fisioterapia del suelo pélvico se trabaja de manera manual extra e intravaginal cuando es necesario, dando mucha importancia a la propiocepción y al conocimiento de la propia musculatura perineal y abdominal mediante el aprendizaje de ejercicios y hábitos adecuados para solucionar el problema. La patología perineal puede originarse en una mala gestión de nuestros esfuerzos abdominales, tales como partos traumáticos con pujos prolongados o instrumentales, estreñimiento crónico, deportes de impacto como footing, aeróbic, equitación, etc.
¿Para qué es recomendable la Fisioterapia de Suelo Pélvico?
- Preparación al parto. Una manera muy eficaz de aprender a conocer y manejar la musculatura perineal, útil para prevenir episotomías y desgarros y pérdidas de orina.
- Para aquellas mujeres que quieran tener un parto más fisiológico, se pueden aquellas posiciones y ejercicios que nos permitan un mejor dominio del dolor y una mayor protección de nuestro periné.
- Postparto. Tanto si se ha tenido un parto normal como uno instrumental o cesárea es importante conocer el estado de la musculatura y los órganos para favorecer la recuperación y prevenir, o en su caso tratar, cualquier patología derivada del parto, desde las cicatrices de episiotomías o cesáreas hasta la incontinencia de orina.
- Menopausia. Debido a los cambios hormonales se producen cambios en los tejidos y la musculatura, que pueden hacer de esta etapa un momento delicado en la manifestación o agravación de toda la patología de suelo pélvico.
- Cirugía de pelvis menor como complemento en la recuperación de histerectomías, inserción de mallas vesicales o cualquier otra intervención quirúrgica que afecte a la pelvis menor.
- Cualquier momento de la vida de la mujer en el que aparezcan síntomas de pérdidas de orina o de disfunción sexual que requieran una consulta con profesionales especializados.
¿Qué se puede tratar con Fisioterapia de Suelo Pélvico?
Con la Fisioterapia del suelo pélvico se pueden tratar las siguientes patologías:
- Incontinencia de orina debida a los esfuerzos o bien ganas incontrolables de orinar.
- Problemas de la estática visceral debidos a una falta de tono muscular o a esfuerzos prolongados, como cistoceles, histeroceles o rectoceles.
- Molestias a nivel sexual como consecuencia de cicatrices u otras lesiones quirúrgicas.
- Estreñimiento crónico especialmente importante como prevención de un debilitamiento progresivo del suelo pélvico.
- Dolor pélvico crónico como consecuencia de cirugías o traumatismos en la pelvis.