La Inflamación

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Por Clínica VASSla inflamación

Uno de los temas más debatidos entre los sanitarios es: La inflamación.

¿Por qué cuando nos damos un golpe en la cabeza nos sale un “chichón” inmediatamente?. ¿Por qué se nos inflaman las amígdalas cuando cogemos un poco de frío, nos duelen y cuesta mucho más tragar? ¿Por qué cuando nos intervienen quirúrgicamente de alguna parte del cuerpo se nos hincha? La inflamación a veces es difícil de comprender porque se puede presentar de muchas formas.

La palabra inflamación deriva del latín “inflammare” que significa encender fuego. Es la respuesta inespecífica del sistema inmunológico dada por el tejido ante una agresión o lesión. En ocasiones se le llama “síndrome local de adaptación”. La reacción es ocasionada por diversos estímulos nocivos de la naturaleza como: químicos, físicos, bacterianos, virus, parásitos… etc. Sólo el tejido vascularizado tiene capacidad de respuesta inflamatoria.

¿QUÉ NOTAMOS CUANDO ALGO ESTÁ INFLAMADO?

Los síntomas más frecuentes son:

  • DOLOR.
  • RUBOR (enrojecimiento de la piel).
  • TUMOR (aumento de tamaño de la zona).
  • CALOR (aumento de temperatura).

En muchas ocasiones también está acompañado de impotencia funcional.

 

¿POR QUÉ NUESTRO CUERPO RESPONDE DE ESTA FORMA? ¿ES BUENA LA INFLAMACIÓN? ¿DEBEMOS EVITARLA O DISMINUIRLA?

Como bien dice su definición, la inflamación es una respuesta defensiva del cuerpo ante cualquier tipo de agresión o lesión. Nuestro organismo manda mayor torrente sanguíneo a la zona afectada, lo que produce una acumulación de líquidos, cuyo objetivo será la retirada de microorganismos, microbios, toxinas o materias extrañas evitando su propagación. Por último, una cantidad de sustancias se encargaran de la reparación del tejido.

Una vez que conocemos mejor en qué consiste todo este proceso, nos damos cuenta de que si evitamos que algo se nos inflame, evitamos también que se nos repare. Hay que saber cuándo es el momento en el cual hay que disminuirla y ese es el gran debate.

Dentro de los tratamientos con Fisioterapia y Osteopatía “jugamos” mucho con esta gran respuesta del cuerpo. A veces buscamos bajar la inflamación para así disminuir el dolor y la impotencia funcional y otras en cambio creamos inflamación para que se produzcan sustancias de reparación y mejoren la cicatrización de la lesión.

Creemos que la inflamación es mala y en muchas ocasiones nos asusta, pero en dosis pequeñas es totalmente necesaria para nuestra correcta recuperación.

 

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