El masaje de descarga es un trabajo que se realiza en zonas de tejido blando, en planos profundos y de manera insistente. Debemos incidir decididamente, y poco a poco, en zonas contracturadas y dolorosas y en zonas musculares y neuromusculares.

En este tipo de masaje se tiene en cuenta y se utiliza una técnica llamada “Técnica Neuromuscular”. Iremos adaptando la intensidad y profundidad del trabajo manual en base a la morfología que nos encontremos y el estado en la que esté. Hay que estar pendiente en todo momento de la manifestación de los tejidos, para adaptarnos a la estructura de nuestro cuerpo.

El masaje de este tipo es reconfortante, sumamente relajante y eficaz en muchos aspectos. El componente descontracturante, de liberación tensional de los tejidos, la manera en la que se trabaja la movilización neuromuscular y vascular hace de este tipo de trabajo algo que, cuando alguien lo prueba o ya lo ha probado, lo eche de menos. En muchos casos son los propios pacientes los que saben lo que necesitan.

Tras este masaje es posible que pasemos un par de días con dolores en la zona trabajada, una sensación que suelen tener todas aquellas personas que no estén acostumbradas. Una vez transcurridos estos dos días, la mejoría es muy importante. Estas molestias sólo se producen en la primera sesión y es muy raro que sucedan en sesiones posteriores. Si fuera así, habría que comunicárselo al terapeuta para que baje un poco la intensidad del trabajo o, sencillamente, para que lo tenga en cuenta.