La mayoría de los niños prefieren el chupete, pero otros sin embargo eligen otra opción: su dedo.
El Reflejo de succión:
El deseo de un bebé de chupar comienza desde que nacen ya que es una de las necesidades esenciales para sobrevivir. El reflejo de succión le permitirá alimentarse del pecho de su madre o del biberón nada más nacer, por eso es tan importante este reflejo en el recién nacido.
Sin embargo, el bebé succiona no sólo para alimentarse. La denominación académica de chupar el chupete, un juguete o chuparse el dedo es: “succión no nutritiva”. No siempre se chupan el pulgar, a veces adquieren la costumbre de chuparse otro dedo, varios dedos e incluso el puño entero.
¿Por qué el bebé se chupa el dedo?
Durante los primeros meses puede deberse a varios motivos:
- Por hambre.
- Por la tensión que el bebé percibe si su madre está incomoda mientras le da el pecho.
- Porque se acaba de descubrir su mano y se la lleva a la boca.
Más adelante cuando ha desaparecido el reflejo de succión y ya no lo necesitan para alimentarse (alrededor del año) chuparse el dedo puede pasar de ser un hábito a un vicio. Las razones pueden ser varias, pero entre las más comunes destacan:
- Miedo, inseguridad o falta de adaptación a un medio.
- Hambre.
- Ansiedad.
- Aburrimiento.
- Sueño o cansancio.
- Porque están enfermos.
Chuparse el dedo les proporciona seguridad y consuelo, y en ocasiones cuando el niño se chupa el dedo va acompañado de un objeto que le refuerza esa seguridad, como una manta o trapito que les consuela y tranquiliza.
¿Qué consecuencias tiene chuparse el dedo?
Los daños que puede ocasionar dependen de la frecuencia, intensidad y de la cantidad de tiempo que permanezca este hábito. La American Dental Assosiation dice que un niño puede chuparse el dedo sin afectarle a la boca o dientes hasta que le salgan los dientes definitivos, aproximadamente a los cinco años.
No obstante, se recomienda que se corrija el vicio del niño de chuparse el dedo antes de los 4 años, ya que a partir de este momento las consecuencias podrían ser graves:
- Mordida invertida
- Desplazamiento dental
- Mal desarrollo del maxilar superior
¿Cómo puedo ayudar a mi niño para que deje de chuparse el dedo?
Durante el periodo de lactante hasta el primer año y medio no hay que preocuparse. A partir de los 2 años debemos comenzar a retirarle el hábito para que no vaya a más.
Lo primero que habrá que observar es qué es aquello que le estimula para que se meta el dedo en la boca y por qué.
Si descubrimos que es por hambre o aburrimiento, trataremos de distraerle de cualquier forma. Si vemos que es por sueño nos indicará que está cansado y le podemos ofrecer leerle un cuento en la cama con la condición de que se saque el dedo. De estas formas y siempre con terapia de refuerzo positivo, dándole recompensas siempre que lo haga bien, le iremos retirando poco a poco el vicio.
En las demás ocasiones en las que se deba a ansiedad, miedo o inseguridad buscaremos la causa que se lo produce y trataremos de eliminarla o disminuirla. Si no podemos, le ofreceremos algo que le tranquilice como puede ser nuestra mano, caricias o cantarle un poco para que se relaje.
Si lo anterior no funciona podemos probar recursos disuasorios caseros tales como:
- Ponerle un limón o vinagre en el dedo.
- Ponerle un trozo de esparadrapo o tirita.
- Poner en la uña un esmalte amargo (no se recomienda a menores de 30 meses).
Si aun así no se consiguiera y el niño sobrepasara la edad de dentición definitiva habrá que acudir a un odontopediatra para que le coloque una ortodoncia que le haga eliminar el hábito.