Hay ocasiones en las que, al tratar las molestias digestivas a un bebé, los padres me comentan que también ellos llevan años sufriendo molestias parecidas… gases, reflujo, estreñimiento, son a veces parte de nuestro día a día.

Consideramos que tener problemas digestivos en la edad adulta es normal y que no tiene remedio. Yo siempre les explico que con un tratamiento adecuado de osteopatía -y siempre que nuestro médico haya descartado la existencia de una patología-, podemos mejorar enormemente nuestra calidad de vida.

El sistema digestivo sufre a veces alteraciones mecánicas que hay que normalizar, no solo para sentirnos mejor sino también para evitar posibles enfermedades futuras ocasionadas, por ejemplo, por una falta de movilidad del intestino que produce una pérdida de su funcionalidad. Es importante en estos casos realizar un abordaje global, tratando tanto la parte estructural como la visceral y, por supuesto, el flujo nervioso, circulatorio y energético. Todo ello sin perder de vista el contexto emocional de la persona, sus hábitos de vida y otra serie de factores que pueden influir en su condición física.

Mejorar el estado de nuestro abdomen nos ayuda también a restaurar nuestra vitalidad y energía, ya que hacemos que los procesos fisiológicos viscerales sean mucho más eficientes.

Cristina Aparicio, Osteópata, especializada en el Área de Materno-infantil: Osteopatía Infantil y Osteopatía Gestacional.

Imagen:Foto de Ciudad creado por katemangostar – www.freepik.es

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