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Pubalgia

Esta es una lesión muy común entre los deportistas, tanto que se la conoce como “la hernia del deportista”. La incidencia entre los futbolistas es de un 50% de los casos, pero también es habitual entre corredores de larga distancia, jugadores de rugby, ciclistas y levantadores de peso. Las diferencias morfológicas entre hombre y mujer, en este caso, no influyen mucho pero es más común entre varones porque las actividades que pueden desencadenar una Pubalgia, son practicadas más por hombres.

El nombre técnico es Osteopatía dinámica de Pubis, Pubalgia o Entesitis Pubiana y se refiere al dolor localizado a nivel del pubis, en el punto donde se insertan los músculos aductores de la pierna (que tiran del muslo hacia abajo) y los abdominales (que tiran de la articulación hacia arriba). Esto produce un cizallamiento (tensión cortante) en la articulación, la sínfisis pubiana.

El dolor por la Pubalgia, que es difuso al principio, aunque localizado, puede irradiar hacia zonas cercanas en las ingles, el bajo abdomen, etc. Puede instalarse durante semanas o meses, primero al realizar las actividades deportivas y luego se puede extender a cualquier actividad de la vida diaria, como cruzar las piernas.

Tipos de pubalgias

En función de dónde se localice la lesión, se distinguen 3 tipos de Pubalgias:

  • Pubalgia Alta: los músculos rectos anteriores del abdomen son los que se inflaman y el dolor está en la musculatura abdominal.
  • Pubalgia Baja: el dolor se sitúa en los músculos abductores del muslo.
  • Pubalgia Mixta: se conectan ambos grupos musculares.

Grados de pubalgia

En función de su evolución, hay 4 grados de Pubalgia:

  • En un primer estadio, el dolor aparece tras el entrenamiento o la práctica deportivo. Es un dolor de carácter mecánico y unilateral y desaparece después del calentamiento previo.
  • En el segundo estadio el dolor aparece durante la práctica o aumenta después de la práctica.
  • En el tercero, aparece nada más comenzar la actividad e impide la realización.
  • En el cuarto grado, el dolor aparece incluso en reposo y puede provocar pequeñas limitaciones en la vida diaria.

Causas de la pubalgia

Como hemos dicho, su incidencia es mayor en varones por las actividades deportivas ligadas al género, como el fútbol. Los estudios que se han realizado sobre Pubalgia, asocian esta lesión a la práctica deportiva y algunas causas son:

  • Ciertos movimientos (como tiros del balón a puerta en fútbol).
  • Agotamiento, sobreentrenamiento o sobreesfuerzo.
  • Deficiencias musculares o una mala preparación física.
  • Mal calentamiento físico o estiramientos.
  • Acortamiento de los miembros inferiores.
  • El cambio frecuente de la superficie de juego (pasar de terrenos blandos a duros y viceversa) o su mala calidad (muy pesado o resbaladizo).
  • Lesiones mecánicas existentes: displasia de caderas, hiperlordosis lumbar, hipotonía en la pared abdominal baja, espondilolisis, laxitud de los ligamentos pubianos, etc.
  • Causas viscerales, como adherencias de cirugías y secuelas de infecciones pueden provocar un desequilibrio en la estática pélvica.
  • Una caída brusca sobre los pies.
  • Gestos técnicos defectuosos o forzados.

Prevención de la pubalgia

Para evitar este tipo de lesión es imprescindible un buen calentamiento muscular. Pero también es necesario:

  • Reforzar la musculatura lumbo-abdominal y la estabilizadora de la cadera.
  • Estirar correctamente los músculos aductores y los isquiotibiales. Evitar los movimientos y gestos mal ejecutados que provocan la lesión.
  • Dosificar las cargas y descansar.
  • Empleo del trabajo isométrico en aductores, abductores, oblicuos y en los rectos del abdomen.
  • Tonificación isométrica de la musculatura flexora y oblicua abdominal y de los abductores y trasversos.

Tratamiento de la pubalgia

Una vez instalada la lesión es necesario el cese de la actividad deportiva y hay que tratar la lesión. En Clínica VASS el tratamiento de fisioterapia que realizamos para la Pubalgia consiste en:

  • Trabajo isométrico de los músculos aductores, abductores, recto anterior del abdomen y oblicuos.
  • Elongación por posturas excéntricas de los músculos isquiotibiales, abdominales, aductores y psoas.
  • Uso de aparatología adecuada: magnetoterapia, láser, ultrasonido, etc.
  • Técnicas manuales como la masoterapia y cyriax en aductores y y abdominales.
  • Aplicación de frío terapéutico (crioterapia).
  • Ejercicios de rehabilitación de la zona.

Sería recomendable complementar con el tratamiento osteopático para realizar normalizaciones del pubis, ilíaco, columna lumbar y miembros inferiores.

Cuando la lesión haya mejorado, se puede reiniciar la práctica de la actividad deportiva de una manera gradual.

Este tipo de tratamiento conservador es la única opción actualmente frente a la cirugía que suele ser el remedio cuando se ha cronificado la lesión.

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