En el área infantil, vemos niños de todas las edades, pero un alto porcentaje son bebés y de ellos la mayoría, acuden a consulta por síntomas digestivos como los cólicos o el reflujo. La terapia infantil resulta especialmente interesante porque, independientemente del motivo de la consulta, es el momento para detectar predisposiciones lesionales para el futuro o síntomas que por la edad son sutiles y su detección temprana permite derivar al profesional adecuado.

Caso real atendido en Clínica VASS

Bebe de 18 meses con reflujo persistente. En general el reflujo no patológico se resuelve en los primeros meses de vida, pero en este caso el niño con 18 meses presentaba todavía síntomas importantes y después de haber sido valorado por el médico sin ningún hallazgo lo trajeron a consulta.

La base del cráneo y el diafragma son las estructuras que suelen estar implicadas en los casos de reflujo, así que me dispuse a revisarlos en primer lugar. Encontré un movimiento diafragmático restringido pero presente, fue al revisar la base del cráneo donde se puso en evidencia el motivo del reflujo. Tenía una restricción del movimiento en un lado y la madre me confirmó que nació con tortícolis de ese lado pero no habían hecho nada por desconocimiento. Tras la segunda sesión los síntomas de reflujo desaparecieron por completo.

Magdalena Riera Fernández, osteópata y fisioterapeuta, especializada en el área materno-infantil en Clínica VASS, colabora en el área de terapias materno-infantiles atendiendo a futuras madres.

Foto de Bebé creado por peoplecreations – www.freepik.es

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